En marzo recién pasado se cumplieron 10 años desde que Alejandra Serrano Madrid asumiera la dirección de uno de los centros culturales de mayor prestigio en Chile. Durante esta década, y gracias a su trabajo, el CCPLM se ha posicionado como uno de los espacios más importante, así como el más visitado del país: solo en sus primeras tres semanas, la muestra actual “Andy Warhol. Ícono del Arte Pop”, recibió más de 50 mil visitas y las filas para entrar a las salas en un momento cualquiera alcanzan fácil las 150 personas.
Su gestión durante este periodo ha sabido combinar exposiciones internacionales de alto impacto y gran nivel artístico, una preocupación permanente por las audiencias y una gestión financiera con buenos resultados. El año pasado, por ejemplo, el 50% del presupuesto del Centro provino de apoyos de empresas y recursos autogenerados.
En esta entrevista la gestora cultural, con una carrera de más de dos décadas dirigiendo espacios artísticos, nos cuenta parte de su camino profesional, la importancia de que las mujeres asuman roles de liderazgos en diversos ámbitos y su visión respecto a temas de equidad de género en el mundo de la cultura.
¿Cómo ves el tema de la equidad de género y la presencia de mujeres en roles de liderazgo en el sector cultural chileno?
Creo que a diferencia de otros sectores, por cierto de los más relevantes en términos del poder político y económico, en cultura la presencia de liderazgos femeninos es un dato fuerte. Somos varias las mujeres que dirigimos instituciones culturales, hemos tenido 2 ministras y varias subsecretarias. Más bien me he encontrado reflexionando acerca del por qué el liderazgo de los hombres es, hasta cierto punto, menos competitivo. Se destacan en la creación pero no parecen interesarse significativamente en asumir tareas de representación o dirección, al menos no como en los otros sectores de nuestra sociedad.
¿Qué desafíos profesionales has tenido que enfrentar por el hecho de ser mujer?
El primero, más joven y con menos experiencia, fue enfrentarse a un mundo dirigido por los hombres, donde la conversación estratégica era dominada por ellos y se retroalimentaba en un mecanismo de escucharse, citarse y hacer referencias a ellos mismos, donde nos dejaban a las mujeres invisibles y silenciosas. En ese contexto la disposición a colaborar era en silencio y sin esperar retribución o reconocimiento institucional o público, sólo bastaba hacerlo bien y confiar en el aporte que hacíamos.
Otro asunto notable es que en el colegio no manifesté ningún interés por las matemáticas, entendidas en esa época más bien como de dominio masculino, y luego por las funciones de dirección que he asumido, me debí enfrentar a ellas y he descubierto que me gustan mucho, que tengo habilidades y que podría haberme desarrollado por ese lado.
También me ha tocado enseñar a otros a tener una jefa mujer. Creo que siempre debemos seguir aprendiendo a ser jefas con autoridad, con capacidad de formar buenos y cálidos equipos de trabajo, con un apego absoluto al respeto y dignidad de las personas. Creo que un aporte específico que podemos hacer las mujeres, es ofrecer un modelo de liderazgo eficiente y eficaz que también destaque por lo humano y formativo.
Ha habido avances importantes en temas de género en los últimos años ¿Qué se necesita para lograr la igualdad de oportunidades entre hombre y mujeres en el ámbito de las artes y la gestión cultural?
Se necesita que las mujeres que ya están avanzando en tareas de liderazgo en la cultura y las artes desarrollen más vocación por la política y lo público: que participen de los espacios de debate y representación, que escriban y publiquen, que propongan temas, tengan opinión y sepan comunicarla, que se asocien, formen y participen activamente en redes.
¿Qué consejos le darías a mujeres que está partiendo su carrera profesional y que buscan llegar a roles de liderazgo como el tuyo?
Apostaría a que esas mujeres no están pensando en las posiciones de liderazgo, y no pienso que ello sea malo o débil. Creo que las mujeres vamos asumiendo desafíos que nuestras propias trayectorias nos ponen por delante y que asumimos con mucha seriedad.
Les recomendaría que una vez avanzadas en este camino, analicen posibles trayectorias y escenarios futuros, que busquen comprender aquello que mejor conecta lo que uno es en esencia, con lo que se busca aportar profesional y políticamente al país, para ir asumiéndolo como compromiso y guía, como hilo conductor. La reflexión personal, sola y también acompañada, es siempre mi mejor consejo.