Alyson Rosales, chilena, soprano y flamante ganadora de la tercera versión del concurso de canto lírico, “Mujeres en la Música,” conversó con el Capítulo Chileno del National Museum of Women in the Arts sobre su carrera, sus experiencias y la importancia de ganar este concurso.
Comenzó a cantar a temprana edad, con solo 10 años ya soñaba con ser la “reina de la noche”, pero pronto descubrió que la vida y los colores de su voz la llevarían por otros caminos.
Una vez con el sueño establecido, Alyson entró a la Universidad de Chile, pero por problemas económicos no pudo continuar con su carrera. Durante años siguió estudiando de forma particular, hasta que se abrió la oportunidad de viajar a Alemania a probar suerte.
“¡¿Que hago aquí?! Fue lo primero que pensé al llegó a Europa como niñera de una familia alemana”. La soprano dejó en Chile a su familia, a su maestra, Ahlke Scheffelt, y la oportunidad de participar en el concurso de canto lírico de Trujillo. Pasó meses sin cantar, “estudiaba en mis ratos libres, mientras las niñas que cuidaba estaban en el colegio, muy temprano o tarde cuando los demás dormían” recuerda. El trabajo duro y el sacrificio valió la pena, ya que está terminando su bachillerato en la Universidad HMDK de Stuttgart y se prepara para postular al magíster en la misma universidad.
¿Has visto dificultades de género en tu profesión?
Como mujer y más que nada como latina es súper difícil, más allá de la voz, hay que estar súper flaca, sobre todo en Alemania, porque si no, no saben en qué rol ponerte. En la opera la parte estética se ha vuelto muy importante. También pasa en los concursos, ahí también se ven diferencias por los aspectos físicos. Por ejemplo, yo en Alemania he participado de varios concursos y no paso la primera ronda; pero en Rusia, Francia Italia sí.
¿Cómo se maneja la frustración de no poder conseguir los papeles que esperas, sabiendo que no es por falta de talento?
Al principio me sentía triste, porque me sentía rechazada. Al día de hoy, cada vez que me dicen que no, pienso este no es el camino. Hay que seguir buscando. Intentar, intentar, intentar hasta que se te abra una puerta o que alguien te abra la ventana, y por último entras por ahí. Pero no quedarse sentada y echándose a morir porque hay muchas opciones, lo importantes es buscar y estar atenta.
Para ti ¿Cuáles son las características que tiene que tener una buena intérprete?
Javier Camareno me dijo que lo importante es no dar pasos más largos que las piernas, y eso aplica en todas las cosas. Uno tiene que controlar lo que hace, llegar a la emoción, pero consciente de volver al centro en la próxima respiración sin que la audiencia lo note. Hay que ser súper inteligente y conocer ese punto medio. Yo creo que lo que hace una buena intérprete es saber unir la parte técnica, con la emoción, y lograr mantener ese centro a lo largo de la interpretación, sin importar la pieza que sea.
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Alyson Rosales llegó a Mujeres en la Música III, luego de pasar por cinco concursos internacionales, logrando el quinto lugar en “Neapolitan Masters Competition” en el Teatro Bellini, el cuarto lugar y dos premios especiales en el Competizione dell’opera 2019 en Sotchi, Rusia.
¿Qué significa para ti ganar Mujeres en la Música III?
Este concurso es una oportunidad muy importante porque me permitirá llegar al mercado norteamericano, quiero demostrar en Estados Unidos mi cariño por el canto y mi profesionalismo, quiero hacer lo mejor posible.
Significa también poder darle reconocimiento a mi ex maestra, Ahlke Scheffelt, que me enseñó técnica, amor y respeto por el canto. Además de mucha disciplina, responsabilidad y autocrítica.
¿Qué sea un concurso en Chile, le da un valor especial?
Tiene un significado gigante, yo he concursado en varios países, pero voy sola con mi cabeza. En cambio, cuando vengo a Chile tengo a quién abrazar me siento súper acogida. Dar conciertos acá es otra energía, ver a un amigo en el público, ver a mi mamá o mi papá me emociona.
¿Qué te gustaría hacer en los próximos cinco años de carrera?
Me gustaría llevar una vida de solista, pero más freelance. Espero estar cantando en varios roles, en distintos teatros, mi objetivo es llegar a lo máximo, destacar en los teatros de renombre.
Y hay roles que me encantaría hacer como Amina de La Sonnambula, que es mi rol favorito, o la Jiulette de Gounod y la Giulietta de Capuletos y Montescos, son roles que encuentro súper power. Hoy día ese es mi repertorio. Después me gustaría hacer Verdi, pero prefiero dejar lo bueno para el final.