¿Cuáles son las principales diferencias que usted observa entre Canadá y Chile en términos de equidad de género?
Desde mi llegada a Chile el año pasado, me ha impresionado la amplitud y profundidad de la relación entre Canadá y Chile, y las numerosas áreas en las que compartimos valores y prioridades, incluyendo en el tema de la igualdad de género.
La relación chileno-canadiense ya está muy desarrollada. Somos excelentes amigos y socios, y compartimos un compromiso mutuo con el avance de la democracia, los derechos humanos, la seguridad y la prosperidad inclusiva. Colaboramos a nivel internacional para avanzar esos intereses comunes en la ONU, la OMC y en otras organizaciones multilaterales.
Asimismo, la equidad de género y el empoderamiento de las mujeres y niñas han sido identificados por nuestros gobiernos como importantes prioridades, lo que nos da la oportunidad de compartir nuestras experiencias y aprender el uno del otro.
Tenemos una serie de mecanismos a través de los cuales mantenemos intercambios francos y productivos. Por ejemplo, el modernizado Tratado de Libre Comercio Canadá-Chile contiene un nuevo capítulo de Comercio y Género – el primero en un TLC canadiense – que refleja nuestro compromiso compartido con la igualdad de género y reconoce la importancia de incorporar una perspectiva de género en los temas económicos y comerciales para garantizar que el crecimiento económico beneficie a todos.
Canadá y Chile también copresiden actualmente la Coalición por la Igualdad de Derechos (Equal Rights Coalition, ERC en inglés), que es el primer foro intergubernamental para la protección de los derechos de las personas lesbianas, gays, bisexuales, transgénero e intersexuales (LGBTI). Como copresidentes, Canadá y Chile trabajan a través de la ERC para avanzar en esta agenda progresista de derechos humanos a nivel internacional.
¿Qué hechos destacaría de su experiencia personal que le permitieron crecer profesionalmente dentro del mundo diplomático, tradicionalmente dominado por hombres?
Canadá lleva décadas trabajando en lograr una mayor equidad de género y empoderamiento de las mujeres, en todos sus ámbitos – lo que incluye su desarrollo profesional.
Una de las cosas que he aprendido a través de los años es la importancia de abogar por uno misma. Ya sea en relación con dónde y qué estudias, dónde y con quién trabajas, o simplemente con tener un asiento en la mesa. Tienes que trabajar para crear ese espacio para ti y para los demás también.
Al trabajar internacionalmente y como diplomática, he intentado enfocarme en trabajar a través de las personas. En lugar de tratar de lograr todo por uno misma, trabajar para que otros tomen una idea y empoderarlos para que la puedan llevar adelante y comunicar.
Y lo más importante, confiar en uno misma. Muchas veces tienes que seguir tu instinto y tener fe. Por ejemplo, cuando nos mudamos del Reino Unido a Canadá, deseaba continuar en el servicio público, pero era difícil encontrar un punto de entrada en un nivel similar que reconociera mis 10 años de experiencia profesional. Entonces, acepté un puesto en un nivel más bajo porque tenía fe en que era la decisión correcta y donde debía estar. Y luego tuve la oportunidad de transitar por el servicio público canadiense y tener trabajos interesantes y gratificantes, junto a excelentes mujeres y hombres que encarnan los valores de la inclusión y la diversidad.
Canadá es uno de los países más avanzados en temas de paridad de género en el mundo, ¿Cuáles son los desafíos actuales de su país en este ámbito?
Como ya mencioné, la equidad de género es una prioridad para el Gobierno de Canadá porque reconocemos que aún queda mucho por hacer. Algunos de los desafíos actuales que el Gobierno canadiense está tratando de resolver son lograr un progreso significativo en la reducción de la brecha salarial entre hombres y mujeres; incentivar un aumento en el número de mujeres en altos cargos en la toma de decisiones y en juntas directivas; y avanzar hacia una mejor representación de las mujeres en los trabajos especializados, donde tradicionalmente han estado sub-representadas.
Actualmente, y por primera vez en la historia de Canadá, el Gabinete federal tiene paridad, con el mismo número de ministras y ministros, y Canadá tiene la mayor tasa de mujeres en altos cargos del servicio público entre los países del G20. Sin embargo, aunque la participación de las mujeres en el mundo público ha mejorado tanto en Canadá como en el mundo, todavía existen brechas importantes y debemos seguir promoviendo el empoderamiento de las mujeres en nuestros países. Por ejemplo, en el parlamento canadiense, solo el 26% de los diputados electos son mujeres. En Chile, tras las últimas elecciones con la implementación de cuotas de género, la representación femenina en el Congreso aumentó de 16% a 23%.
Y, por supuesto, a raíz de movimientos como Me Too, Times Up y Women’s March, nuestra sociedad también está tratando de entender realmente la dinámica de poder del género y cómo lidiar con ella para eliminar el acoso sexual.
Debemos seguir fortaleciendo y ampliando la equidad de género y el empoderamiento de las mujeres, incluyendo sectores como el emprendimiento económico. La Cumbre de APEC que tendrá lugar en 2019, nos da una nueva oportunidad de trabajar con socios como Chile, y otros países del Asia-Pacífico, para continuar avanzando en estos temas. Aún son muchos los desafíos pendientes.
Desde su perspectiva, ¿Qué medidas han sido las más exitosas para promover la equidad de género en Canadá?
En Canadá, los derechos de las mujeres son el núcleo de nuestra política exterior, así como una prioridad nacional. Tenemos un Primer Ministro que se ha declarado feminista y ha puesto la igualdad de género como un objetivo clave de nuestra presidencia de la cumbre del G7 – efectuada en Canadá en junio de 2018 – y que fue apoyada por un Consejo Asesor de Igualdad de Género del G7.
En el último año, Canadá lanzó importantes políticas e iniciativas internacionales que promueven un enfoque feminista:
En noviembre de 2017, el gobierno de Canadá lanzó el segundo Plan Nacional de Acción sobre Mujeres, Paz y Seguridad para el período 2017-2022;
La Iniciativa Elsie para Mujeres en Operaciones de Paz, destinada a garantizar que las mujeres puedan participar plenamente en las operaciones de paz;
La Política Feminista de Asistencia Internacional para reducir la pobreza extrema y construir un mundo más inclusivo, pacífico y próspero mediante el empoderamiento de las mujeres y niñas; y
La Agenda Comercial Progresista para avanzar en el empoderamiento económico de las mujeres e incorporar disposiciones de género en nuestros acuerdos comerciales, tal como lo hicimos con la modernización del Tratado de Libre Comercio entre Canadá y Chile que incorporó un Capítulo de Género y Comercio, como ya señalé.
A nivel nacional, Canadá lanzó en 2017 una Estrategia Gubernamental para abordar la violencia de género. Otros ejemplos de políticas públicas son la promoción de la flexibilidad laboral, beneficios post-natal que sean compartidos entre los padres y apoyo transversal para derribar las barreras al emprendimiento de las mujeres y aumentar su acceso al financiamiento. El Instituto McKinsey Global ha estimado que reducir la brecha de género en Canadá podría aportar unos $ 150 mil millones de dólares a nuestra economía para el año 2026. ¡Nuestra prosperidad social y económica depende de esto!
En términos de cómo hacemos nuestro trabajo como Gobierno en Canadá, también hemos visto esfuerzos significativos para elevar la calidad del análisis comparativo entre los sexos y en la interseccionalidad de la identidad (Gender-based Analysis Plus, GBA+ en inglés) que debe ser incorporado a todos nuestros principales documentos y propuestas. Por ejemplo, el Presupuesto 2018 fue el primer Presupuesto federal en pasar por un completo GBA+. Este enfoque tiene en cuenta la experiencia vivida por las mujeres, la mitad de nuestra población y fuerza de trabajo, y mira de cerca cómo los diferentes grupos de mujeres, hombres y personas con diversidad de género reciben las decisiones y las políticas.
¿Qué se necesita para seguir avanzando hacia una sociedad más igualitaria?
En todo el mundo, las mujeres continúan enfrentando barreras para alcanzar su máximo potencial, desde discriminación hasta acoso y violencia de género, hasta falta de oportunidades, de libertad y de apoyo. Como ha dicho nuestro Primer Ministro, “ninguno de nosotros puede avanzar si la mitad de nosotros es mantenida atrás”. Es importante reconocer que no todas las mujeres enfrentan los mismos desafíos y que ciertas mujeres y niñas, incluidas las mujeres indígenas y otras cuyas identidades han sido históricamente marginadas, enfrentan obstáculos particulares y desproporcionados.
Creo que debemos reconocer el valor y las contribuciones de los líderes feministas y trabajar para empoderarlos aún más. Debemos celebrar estas contribuciones, y asegurarnos que estamos abiertos y escuchando las voces de las mujeres. Todos tienen el poder de dirigir y ayudarnos a lograr una mayor equidad de género. También deberíamos involucrar a los hombres y niños en estas conversaciones. Este cambio social no se puede lograr enfocándose exclusivamente en mujeres y niñas. El experto canadiense Michael Kaufman, que vino a Chile este año, planteó lo importante que es promover cambios que apunten hacia una nueva visión de la masculinidad para alcanzar una mayor equidad de género. Él vinculó el nivel de violencia de género en nuestras sociedades con la desigualdad de género existente y señaló que una mayor equidad de género podría prevenir y ayudar a disminuir la violencia contra las mujeres.
¿Qué mujeres han sido sus referentes?
He tenido la oportunidad de conocer y aprender de muchas mujeres. Sus ejemplos me han ayudado a llegar hasta aquí. Sin embargo, me gustaría destacar una en particular que conocí el año pasado cuando vino a Chile. La emprendedora indígena canadiense, Carol Ann Hilton, participó en Santiago en el Foro Mundial de Negocios Indígenas. La admiro por su innovadora trayectoria empresarial, así como por su lucha para empoderar económicamente a las comunidades indígenas en Canadá. Carol Ann es CEO de una reconocida empresa sobre desarrollo social y económico, y aboga por la importancia de empoderar económicamente a las mujeres para reducir la pobreza y hacer crecer la economía. En una inspiradora charla a mujeres emprendedoras de Peñalolén, les dijo que “Como mujeres, tenemos que empujarnos para aceptar nuevas oportunidades aunque eso nos haga sentir incómodas. Eso quiere decir que estamos aceptando un nuevo desafío’.
Mediante mi trabajo y el que desarrollamos en la Embajada, queremos seguir apoyando visitas como la de Carol-Ann para compartir nuestras experiencias. Para mí también es muy importante trabajar con las niñas y jóvenes. Con nuestro ejemplo y nuestros apoyos, podemos ser mentoras de ellas. En Chile existen organizaciones como Girls in Tech, Women in Mining, entre varias otras, que nos ofrecen oportunidades para seguir ampliando y fortaleciendo la equidad de género y el empoderamiento de las mujeres. Es una tarea que requiere de nuestro compromiso y de muchos esfuerzos concertados. Los derechos de las mujeres son derechos humanos y debemos ofrecer iguales oportunidades de desarrollo y crecimiento a todas y todos.