Es una de las grandes apuestas chilenas del arte internacional. Además de su participación en la muestra Women to Watch del NMWA en Washington DC, recientemente una de sus obras fue elegida para integrar la exposición Black Mirror, en la prestigiosa Saatchi Gallery de Londres.
Siempre fue una cuestión de paradojas. La idea de construir objetos de lujo con materiales ordinarios está en el origen de la obra artística de Alejandra Prieto (1974). Lo primero fue una serie de sillas en miniaturas hechas con comida, como una barra de chocolate, un trozo de jalea o un pedazo de cochayuyo. La falta del negro la llevó al carbón. Y desde entonces no abandonaría más el material.
Con el carbón, Prieto pudo darle profundidad a su obra. Ya no se trata sólo de reproducir objetos en materiales no tradicionales; ahora la artista usa un mineral que conlleva una serie de implicaciones sociales y políticas. Se cruza el tema de la mano de obra, la historia de la industrialización y, en Chile, la crisis de los años 50, cuando el mineral que sustentaba a la VIII Región comenzó a ser menos apreciado.
Con estos antecedentes, Prieto empezó en 2010 a desarrollar sus objetos suntuarios con carbón. Una lámpara de lágrimas, zapatos de fútbol, guantes, cinturones y hasta una réplica del célebre exprimidor del diseñador Philip Stark fueron las piezas con las que Prieto se hizo un lugar en la escena local. Hoy es una de las artistas más destacadas de la generación sub 40. Ha exhibido en Cuba, Colombia, España, Brasil y EE.UU. Entre sus últimas muestras está Junkies Promises en Paul Kasmin Gallery de Nueva York, curada por el chileno Iván Navarro, y LARA, la residencia en la que participó en Bogotá, Colombia (uno de los mayores proveedores de carbón), donde Prieto construyó una gran prensa de café con dos bloques gigantes del material. Cada día le encuentro más posibilidades técnicas, como cuando me di cuenta de que al cortar el carbón con agua, uno se podía reflejar, y luego supe que la cultura precolombina chavín hacía espejos de carbón, cuenta Prieto, quien no demoró en hacer sus propios espejos.
Hace algunos años, uno de ellos fue adquirido por la galería Saatchi de Londres, del coleccionista Charles Saatchi, quien en los años 90 impulsó a los British Young Artist, entre ellos Damien Hirst y Tracey Emin.
Black Mirror en Londres
Con el trabajo de 26 artistas contemporáneos, usando una variedad de medios como collage, caricaturas, fotografía e instalación, la exposición londinense muestra cómo la sátira puede proporcionar tanto un alivio ligero como comentarios inquietantes sobre el clima tumultuoso y divisivo de la política moderna.
La escultora chilena Alejandra Prieto explora la pobreza y el lujo de la industria transformando trozos de carbón rechazados en objetos hermosos. Otra de las singularidades es la serie de fotografías voyeuristas de Jessica Craig-Martin del hedonismo de la alta sociedad.
En un momento de inquietud colectiva, Black Mirror enfatiza la importancia del arte y la sátira en la disección de las estructuras de poder, el cuestionamiento de las normas sociales y la visualización de los disturbios políticos, proporcionando un ligero alivio a las incertidumbres de la vida.
Black Mirror estará expuesta en la galería Saatchi desde el 28 de septiembre hasta el 13 de enero de 2019.
