Los desafíos de Haydée Domic, directora de la FOJI

El Mercurio entrevistó a quien ejerce desde 2015 la dirección ejecutiva de la Fundación de Orquestas Juveniles e Infantiles, organismo creado hace 16 años y que es parte de la Dirección Sociocultural de la Presidencia de la República.

Compartimos con ustedes la entrevista realizada por la periodista Maureen Lennon y publicada el domingo 04 de junio de 2017 en la sección “Artes y Letras”.

Una larga historia ligada al servicio público respalda a Haydée Domic, la doctora experta en medicina nuclear, quien -hacia fines del 2015- asumió como nueva directora ejecutiva de la Fundación de Orquestas Juveniles e Infantiles (FOJI), tras un corto y polémico período liderado por el psicólogo Walter Valdebenito.

Además de su paso por el Hospital San Juan de Dios y Conicyt, entre 2002 y 2005, Domic fue directora ejecutiva del Museo Interactivo Mirador (MIM) y hasta el 2015 tuvo a su cargo el área de extensión y actividades culturales de la Universidad de Santiago.

“Liderar la FOJI ha sido un privilegio, porque, desde siempre, he mirado esta fundación con tanto cariño y admiración. Para mí es un sueño: desde que llegué a este puesto me ha tocado protagonizar varios hitos, como en 2016, la celebración de sus 15 años de vida, y en 2017 tendremos los 25 años de la Orquesta Sinfónica Nacional Juvenil y la conmemoración de los 10 años del fallecimiento de Fernando Rosas, una figura que sigue impregnando de una manera muy profunda todo nuestro quehacer”, comenta Haydée Domic a “Artes y Letras”, instalada en una sencilla oficina de la calle Balmaceda.

En su segundo año en este cargo, la profesional ha trazado sus prioridades, entre otras, más énfasis en la capacitación de los directores y de los instructores. También estrenó un comité consultivo de expertos musicales, conformado por Patricio Cobos, José Luis Domínguez, Isaac Frenkel, Américo Giusti, Alejandro Guarello, Nicolas Rauss, Miryam Singer y Maximiano Valdés. Junto con ello, un comité de programación, conformado por Juan Pablo Izquierdo, Nicolas Rauss y Maximiano Valdés, revisó propuestas de programas, hizo algunas sugerencias y, en conjunto con el resto del comité consulto de expertos musicales, diseñó la temporada de conciertos 2017, que destaca por la presencia de importantes directores nacionales, como Juan Pablo Izquierdo, Paolo Bortolameolli, José Luis Domínguez, Maximiano Valdés y Rodolfo Fischer, entre otros. Este último, el año pasado, dictó dos cursos para directores del sistema, y en julio impartirá otro más. Con Haydée Domic, Fischer, además, abrió un novedoso programa que permitió becar a tres jóvenes batutas nacionales -Eduardo Browne hijo, Leonardo Carvajal y Christian Lorca-, para una pasantía de tres meses en la Musikakademie de Basilea. “Fueron meses muy intensos, donde agarré a estos chicos y los hice trabajar obras de madurez como ‘La Consagración de la Primavera’, de Stravinsky, y ‘El Caballero de la Rosa’, de Strauss. Fue un trabajo muy minucioso, casi de arqueología. Gracias a la gestión de Álvaro Parra, el violinista chileno de la Filarmónica de Berlín, también pudimos asistir a un ensayo de este conjunto germano con Simon Rattle y después tuvimos otros encuentros con este importante conductor británico. Fue una experiencia musical muy única. Un buen director es la suma de muchas experiencias y estos jóvenes aumentaron su espectro de conocimientos”, comenta Rodolfo Fischer a “Artes y Letras”, quien además enseña dirección en la Musikakademie de Basilea.

El director chileno ha seguido de cerca el desarrollo de la FOJI en la última década y tiene un diagnóstico bastante claro. A su juicio, esta ha crecido bajo el amparo de la Presidencia de la República con objetivos que nadie discute: la inclusión social y un nivel artístico de excelencia. “Ojalá que estos objetivos, a largo plazo, no tengan un lineamiento político ni se supriman. Por otro lado, el nivel alcanzado por la Sinfónica Nacional Juvenil que, desde que se fundó hace 25 años, ha sido un semillero enorme de talentos, tiene que continuar a un altísimo nivel. Por eso yo insisto tanto en los programas de perfeccionamiento y en la necesidad de enfrentar a estos chicos a un repertorio de exigencia con el que se van a encontrar en su vida adulta”.

Un presupuesto histórico

La FOJI administra 17 agrupaciones: la Orquesta Sinfónica Nacional Juvenil (OSNJ), la Orquesta Sinfónica Estudiantil Metropolitana (OSEM) y la Sinfónica Infantil, además de 14 conjuntos juveniles regionales. También apoya, a través de distintos mecanismos, a las más de 400 orquestas comunales. “Estas últimas no dependen directamente de nosotros, sino de los colegios, municipalidades o distintas entidades que las sostienen. Para nosotros estas orquestas comunales son muy relevantes, porque constituyen el semillero que después se va a sumar a nuestras orquestas regionales y a las que tenemos en Santiago. Tenemos una preocupación y ocupación especial por estos conjuntos. Por un lado, tratamos de involucrarlos en todas nuestras actividades, dándoles la posibilidad de presentarse en varios escenarios, pero también contamos con fondos concursables a los que estas orquestas pueden acceder para fortalecer sus instrumentos, contar con capacitaciones o becas. Todos nuestros esfuerzos van hacia la equidad: que ojalá ningún talento se pierda por no contar con los recursos necesarios”, señala Domic. Con respecto a las orquestas regionales, reconoce que el trabajo ha sido inmenso y en vías de consolidación: “Son agrupaciones que se conformaron en las capitales regionales. Hay un coordinador, hay un director e instructores. Estamos hablando de 1.100 músicos, de 100 instructores y 14 directores de orquesta. ¡Es un tremendo movimiento!”.

La directora ejecutiva de la FOJI adelanta que entre el 2015 y 2016 esta fundación recibió un considerable aumento de presupuesto: entre un 40 o 45%. “Esta alza nos dejó en una situación bastante estable y bien. Estamos hablando de 2.936 millones de pesos, pero también hemos debido atender otro tipo de situaciones de las que nos sentimos responsables. Tenemos que tener mejores directores, tenemos que tener mejores instructores e instrumentistas, por eso apoyamos la pasantía en Suiza”.

-¿Se va a nombrar a un director titular de la Sinfónica Nacional Juvenil?

“Ese es un tema que tendrá que evaluar nuestro comité consultivo de expertos musicales. Ellos tendrán que reflexionar si es relevante o no contar con un director titular. En esta área y fruto de una larga reflexión, este comité consultivo conformó un pequeño grupo, integrado por Maximiano Valdés, Patricio Cobos y Nicolas Rauss, quienes llevaron adelante el proceso de concurso para director residente de la OSNJ. El puesto lo acaba de ganar un integrante de la Orquesta Sinfónica de Chile: Juan Pablo Aguayo (flautín). Su nombre fue propuesto a la directora Paula Forttes y nuestro directorio lo ratificó. Estamos hablando de un título que es diferente al que se conoce al interior de una orquesta profesional, es más bien un profesional que tendrá un papel activo con los tuttis y con los instructores. Por lo menos, este año la orquesta cuenta con importantes directores invitados y nuestra percepción, al igual que lo que pasó en 2016, es que nuestros músicos han florecido. Se pegaron un salto sustantivo”.

-¿Durante la gestión de Maritza Parada hubo una gira por Europa? ¿Hay planes en esa área?

“Estamos en conversaciones muy avanzadas con el Berklee College of Music que, desde 2016, se fusionó con el Conservatorio de Boston. Estuvimos hace tres semanas en esa ciudad y fue una estadía muy buena. La idea es abrir posibilidades para el uso de sus plataformas online y de perfeccionamiento a nuestros músicos en diversas áreas, como aquellas que últimamente están teniendo bastante popularidad y demanda, vinculadas a las llamadas industrias creativas. Estamos conversando sobre si se puede hacer una gira el próximo año, a Boston, Washington y Miami. Y en el ámbito internacional, estamos abriendo varias rutas. Partimos con Basilea y este año, gracias al apoyo de Isaac Frenkel, el célebre violinista Shlomo Mintz dirigirá, en octubre, a la OSNJ, como parte de nuestra temporada de conciertos. Son varios nuestros sueños. Anhelamos un nuevo espacio para la FOJI, que esté acorde con los nuevos tiempos, con nuestro crecimiento. Nos faltan más espacios de acogida y para ensayar. Estamos tirando líneas para darle impulso a este proyecto”.

Fuente: El Mercurio