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Mujeres en el Arte: Nada que celebrar
Bárbara Negrón, Directora del Observatorio de Políticas Culturales, escribió una columna de opinión sobre la disparidad de género en el sector de las artes y la cultura.
Más seguido de lo que debiéramos, se nos olvida que avanzado el siglo XXI el solo hecho de nacer mujer sigue implicando tener menos oportunidades que nuestros pares hombres y ser potencial sujeto de discriminación y violencia. Y eso en todas las áreas, con el arte y la cultura, incluidas.
Revisemos algunas cifras:
En la música clásica es conocida la dificultad que encuentran las intérpretes para entrar a una orquesta profesional. Tanto, que en Europa se promueve que los concursos de ingreso sean “ciegos”, es decir, que los músicos toquen tras una cortina para evitar el prejuicio de los evaluadores. Las posibilidades de las mujeres de dirigir alguna de estas orquestas son aún menores. Se calcula que no hay más de 500 mujeres en el mundo en esta posición. En Chile, solo tenemos una.
En el caso de las artes visuales, aunque son muchas las artistas y estudiantes de arte, a la hora de las ventas solo participan en un 8% del mercado del arte mundial. En la gestión y la administración de espacios culturales pasa lo mismo. En Estados Unidos un estudio reveló que del total de museos existentes en ese país, solo un cuarto era encabezado por mujeres.
En el caso del cine, también es muy evidente. Aun siendo una disciplina que nace en el siglo donde se producen los mayores cambios, al menos en Occidente, respecto del papel de la mujer en la sociedad, nuestra presencia es limitada cuando se trata de dirigir una película. Una investigación sobre uno de los festivales más importantes de la industria cinematográfica, el Sundance Film Festival, arrojó que del total de películas en competencia entre el 2002 y el 2014 solo 25% eran de realizadoras mujeres. El seguimiento de lo que pasaba con esas películas posterior al festival, mostró que las posibilidades de distribuir o vender la producción disminuían aún más para las mujeres.
Como plantea Antonella Estévez, Directora del Festival de Cine de Mujeres, el hecho de que sean menos las directoras, también influye en el hecho de que seamos menos protagonistas de las historias filmadas y se reproduzca en el relato la asignación tradicional de roles femeninos.
Visto así, sobran razones para que este 8 de marzo, también desde el ámbito de las artes, pidamos las medidas necesarias para contrarrestar estas cifras que se reproducen, y en algunos casos se profundizan, en el escenario local.
No perdamos de vista que el día de la mujer es una fecha para recordarnos que aún queda mucho por cambiar. Por lo mismo las flores y regalos, que sin duda se agradecen en cualquier fecha del año, se hacen tan poco oportunas en este día. Como vimos, aún tenemos poco que celebrar.
(Fuente: El Mostrador)